Historia de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros

Posteriormente la Federación de Líneas cambió de nombre. Primero pasó a ser Asociación De Componentes De Las Líneas De Autos Colectivos; luego Asociación De Componentes De Líneas De Colectivos De La Capital Federal, fusionada con absorción de la Asociación De Sociedades Autónomas Del Automotor, el 2 de Noviembre de 1959. Finalmente, a partir del 14 de Noviembre de 1969, pasó a llamarse Cámara Empresaria De Autotransporte De Pasajeros (C.E.A.P.)

Poco tiempo después la entidad cobra una gran relevancia, pues se ve precisada a intervenir en forma protagónica, a fin de evitar que se concretaran en la practica y en orden al transporte, los alcances del pacto Roca-Runciman. El país se vio conmocionado por la intensidad de la acción desplegada por la entidad y algunas crónicas del Palacio Legislativo, con la agudeza propia de aquel entonces, así lo reflejaron.

Todas las expresiones políticas de la República tomaron posición frente al problema. Los partidos populares lo hicieron en favor de los colectiveros representados por la aguerrida institución. En favor de los intereses foráneos se pronunciaron aquellos sectores políticos que, luego votaron afirmativamente la Ley 12.311.
Obviamente los sectores intermedios de la prensa y la opinión pública en general, fueran sacudidas por este episodio que define con precisión una etapa de la vida argentina.
Superada la amarga experiencia de la Corporación de los Transportes de la Ciudad de Buenos Aires, con toda su carga de sentido antinacional y antipopular, a partir de julio de 1955 su sucesora Transportes de Buenos Aires fue desprendiéndose, en sucesivas etapas, de toda la red de autotransporte bajo su conducción operativa.
A las 7 líneas que se habían salvado de la Corporación, se le fueron sumando a consecuencia de la acción de diversas y sucesivas administraciones, un importante caudal de empresas que se incorporaron paulatinamente a la gestión privada.

Condujo las espinosas tratativas que consagraron la absoluta normalización de las relaciones entre las empresas y su personal en todo lo concerniente a los aspectos legales y convencionales.
Debe recordarse lo difícil que resultó modificar el régimen de pagos equivalente al 30% de las recaudaciones, como método de remuneración diaria, que había prevalecido durante muchos años.

Con igual pujanza y exitosa gestión, desde C.E.A.P. han resurgido instituciones como A.S.E. Acción Social Empresaria, Obra Social Empresaria de reconocido prestigio y alta calidad de prestaciones; igualmente han surgido cooperativas de provisión e instituciones financieras las cuales, en un país con cambiantes reglas de juego económicas, no han podido continuar en el tiempo.


Claro está que además del interés puesto en la consideración de los problemas específicos, la Cámara Empresaria ha tratado con particular atención los grandes temas nacionales. Es así que permanentemente ha estado junto a quienes reclamaron en el país por la aplicación de políticas que aseguraran la vigorización del mercado interno, una adecuada política de ingresos, la concreción de un desarrollo económico y social armónico y sostenido, así como el mantenimiento en el país del nivel de decisiones acordes con el constante progreso en todas sus áreas. Estas y otras premisas referidas a la economía han sido acompañadas por la defensa irrestricta del respeto por el pluralismo político y por las más puras prácticas democráticas, como método civilizado de vida.

Es un desafío para el presente y para el futuro, bregar por la consolidación de este sector pujante de la economía nacional, haciendo honor a la constancia, tesón y esfuerzo que pusieron allá por el año 1928 aquellos pioneros que dieron vida al medio de transporte por excelencia de la sociedad argentina.